Estiman una cosecha global de caña de azúcar de 15 millones de toneladas. Descontando el volumen destinado para renovar el cañaveral, la cosecha arrojará 14.440.000 toneladas. En el Ministerio de Desarrollo Productivo de Tucumán se presentó el informe: “Estimación de superficie cosechable y producción de caña de azúcar para la zafra 2023”.

El ministro de Desarrollo Productivo, Álvaro Simón Padrós, junto a Daniel Ploper, director Técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) y el asesor del directorio de la EEAOC, Jorge Scandaliaris, presentaron el informe: “Estimación de superficie cosechable y producción de caña de azúcar para la zafra 2023”.

De acuerdo a lo explicado en la presentación por los funcionarios, la EEAOC realizó un relevamiento de los cañaverales de Tucumán durante de enero a mayo, con la finalidad de estimar la superficie cosechable y los volúmenes de caña de azúcar para la zafra 2023.

Para la estimación de superficie cosechable y niveles de producción de caña de azúcar se utilizó información terrestre e imágenes satelitales Sentinel 2A y 2B MSI. La estimación de producción de caña de azúcar se realizó tomando como base la información de superficie cosechable y de los relevamientos a campo que se efectuaron intensamente en  toda el área cañera tucumana.

Argentina tuvo que soportar en la presente campaña agrícola una de las sequías más importantes de su historia, que afectaron el nivel productivo de los cultivos de una manera significativa, razón por la cual, tanto las provincias como el gobierno nacional decretaron la Emergencia Agropecuaria.

Esta situación anómala también alcanzó al cultivo de la caña de azúcar en el Noroeste Argentino, limitando la posibilidad de un crecimiento normal, producto de la escasez e irregularidad de las lluvias, altas temperaturas, también por encima de los niveles normales, y falta de disponibilidad de agua para riego, especialmente en las provincias de Jujuy y Salta.

Particularmente en la zona cañera de Tucumán, el cultivo de la caña de azúcar se vio perjudicado de manera altamente diferencial, debido a la gran variabilidad de las lluvias y a las características propias de cada una de las regiones agroecológicas. La llanura chacopampeana, con valores de precipitaciones medias más bajas, sintió un gran impacto en el crecimiento, y al momento de este informe, registra estimaciones de producciones con niveles de pérdidas superiores al 50% en la mayor parte de los lotes localizados en el área oriental de esta región. Por otra parte, las regiones del pedemonte y la llanura deprimida, con valores de precipitaciones normalmente más altos, y en algunos casos, con napas freáticas elevadas, pudieron sobrellevar mejor las condiciones de menor disponibilidad hídrica.

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