La eliminación del pensamiento contrahegemónico o alternativo ha sido parte de la «batalla cultural» que el presidente Javier Milei y su séquito llevan adelante desde el 10 de diciembre. Para tal fin, el equipo de comunicación del mandatario diseñó un agresivo plan con el que busca construir su propio relato indiscutible de la realidad. Dicha estrategia incluye una campaña de desprestigio y violencia en las redes, el desguace de lo que quedaba en pie de la ley de medios, el cierre de los medios públicos, el agravio personal contra periodistas, la censura y la asfixia económica a medios de comunicación. Todo aquel que ose cuestionar la verdad indiscutible que emana de Casa Rosada y sus apéndices es un enemigo al que hay que destruir.
En esa lógica se encuadra el ilegal intento de cierre de Télam, los episodios de censura en Diputados TV, la pretensión de privatizar Radio y Televisión Argentina y las agresiones constantes a la prensa. Esta semana, además, el presidente Javier Milei dispuso la eliminación de la grilla de programación de la TDA del canal multiestatal Telesur.
Ante la acumulación de episodios de censura, la Asociación de Prensa de Tucumán emitió un comunicado en el que expresó su preocupación y repudio al intento del presidente de callar las voces críticas o disidentes.
El texto completo del comunicado:
La censura a los medios de comunicación constituye un ataque directo a la democracia y a los derechos humanos. Es una afrenta a la pluralidad de ideas y al ejercicio de la crítica constructiva, pilares sobre los cuales se construye una sociedad democrática y transparente.
Además, socava la labor indispensable del periodismo en la fiscalización del poder y en la difusión de información veraz y relevante para la ciudadanía.
La libertad de prensa es un derecho inalienable que debe ser protegido y promovido por todos los sectores de la sociedad. Los intentos de censura solo logran corroer la confianza en las instituciones y debilitar el tejido democrático de un país.
Ante estos lamentables sucesos, hacemos un llamado a la solidaridad y la unidad de todos los actores sociales comprometidos con la defensa de la libertad de prensa.
Es momento de levantar la voz, de exigir el respeto irrestricto a la libertad de expresión y de trabajar incansablemente por una sociedad en la que el intercambio de ideas y la diversidad de opiniones sean valorados y protegidos.
La censura no tiene cabida en una sociedad democrática y pluralista.
